Hay zonas de las redes de alcantarillado y saneamiento de aguas residuales a las que los poceros no pueden acceder, ya sea por cuestiones de espacio o de seguridad. Es ahí donde entran en escena nuestras cámaras de televisión robotizadas, fundamentales para determinar el origen exacto de problemas tan habituales como la aparición de malos olores o humedades, síntomas de que nuestras tuberías sufren fugas de agua, filtraciones o algún problema relacionado con la acción de las raíces vegetales subterráneas.

Esta moderna y sofisticada tecnología proporciona una radiografía muy precisa del estado de las tuberías y las canalizaciones. Eso incluye el registro de imágenes digitales de las anomalías detectadas, claves para la posterior confección de un plano detallado de la red de saneamiento de aguas residuales.