Resumimos las principales noticias que se han producido durante los últimos días en el ámbito de las alcantarillas, las cañerías, los atrancos, los atascos y  las redes de saneamiento de aguas residuales y alcantarillado…

Así es el ‘semáforo’ que busca Covid en las aguas residuales de Madrid

La Comunidad de Madrid ha explicado cómo es el sistema de identificación del coronavirus que puso en marcha el pasado mes de julio y que funciona como un semáforo: el color verde indica que no se han encontrado restos de Covid-19 en las muestras de aguas residuales analizadas; el naranja significa que se ha detectado el virus en dos muestras sucesivas, pero con tendencia a la baja; y el rojo implica haber encontrado coronavirus en dos muestras consecutivas y, además, con tendencia creciente.

Según explican desde la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid, este sistema equivale a realizar miles de tests PCR y se anticipa en una horquilla de entre 24 y 48 horas a los ingresos hospitalarios por Covid-19 más graves. Además, este modelo, que cuenta con el aval científico, sirve para identificar las zonas en las que existe una mayor concentración de infectados.

Gracias a la puesta en marcha de este mecanismo de detección, los expertos han llegado a la conclusión de que existe una relación muy estrecha entre la presencia del virus en las aguas fecales y los ingresos hospitalarios. Para ello, entre una y dos veces por semana se analizan un total de 293 pozos de la red de alcantarillado y saneamiento de aguas residuales del Canal de Isabel II.

No aprendemos: las toallitas húmedas siguen provocando atrancos

Badajoz está realizando estos días la rutinaria puesta a punto de su red de alcantarillado para afrontar con garantías la llegada de las lluvias otoñales. Los operarios del sistema de saneamiento de la capital pacense extraen de las cloacas grandes cantidades de papeles, chicles, cigarros, hojas de árboles, pintura o cemento… Y toallitas, muchas toallitas.

Por más que las autoridades públicas y las empresas de pocería reiteramos continuamente el carácter dañino de estos residuos, el problema sigue repitiéndose no sólo en las ciudades españolas, sino en las de todo el mundo. Porque por mucho que en sus envases se diga que las toallitas húmedas son biodegradables, lo cierto es que no se descomponen en las redes de alcantarillado, lo que se traduce en continuos atascos.

En el caso específico de Badajoz, los poceros extraen cada año hasta 300.000 kilos de basura, fundamentalmente toallitas, que se combaten con chorros de agua que tienen una potencia de 200 kilos por centímetro cuadrado. Sólo así se consiguen romper los tapones de residuos que se crean en los pozos y que después son absorbidos por gigantescas aspiradoras. Todo esto tiene un elevado coste para las arcas públicas que nos ahorraríamos si todos dejáramos de tirar la basura a las calles y, sobre todo, las toallitas al WC.

Los beneficios de digitalizar la gestión de las aguas residuales

El sector del alcantarillado y el saneamiento de aguas residuales no es ajeno a la transformación digital que afecta a prácticamente todo tipo de empresas. En el caso de las compañías que nos dedicamos a la gestión del agua, varios son los principales beneficios derivados de introducir las nuevas herramientas tecnológicas en nuestra actividad cotidiana.

El primero de ellos es la disponibilidad de mucha más (y mejor) información sobre lo que hacemos (el llamado Big Data). El segundo es consecuencia del anterior: la tecnología permite una evidente mejora en la toma de decisiones (porque tenemos más información en la que basarnos). La digitalización también nos facilita centrarnos en el cliente y conocer su opinión, así como maxmizar el impacto de las inversiones que realizamos.

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