Resumimos las principales noticias de los últimos días relacionadas con los efectos que la acumulación de toallitas húmedas tiene sobre las alcantarillas y redes de saneamiento de aguas residuales, así como con los desatrancos y desatascos que hay que llevar a cabo para combatir esta lacra…
· Una tubería rota en Galapagar llena una calle de aguas fecales: En una calle de la urbanización Parque Lagos, en Galapagar, las aguas fecales se han convertido en una parte más del paisaje cotidiano. La rotura de una tubería hace cuatro años ha provocado que, desde hace dos, un gran charco de aguas residuales inunde periódicamente la zona, provocando malos olores y colándose en las casas de algunos vecinos.
Tal es así que un vecino ha hecho pública una denuncia de la situación, pues las aguas residuales suelen adentrarse en su garaje y su jardín. El problema no parece muy difícil de solucionar, ya que bastaría con levantar el suelo en la zona afectada y reparar la tubería. Pero el problema es que el ayuntamiento hasta ahora no se ha hecho cargo de la obra porque no tiene claro si la infraestructura afectada es de titularidad pública o privada.
Por este motivo, los servicios jurídicos del Ayuntamiento de Galapagar están estudiando quién debe correr con los gastos de la reparación. Al parecer, la canalización se construyó hace ya 50 años y transcurre por el suelo que hoy ocupan dos fincas privadas. Si se resuelve que la infraestructura es de titularidad pública será el consistorio quien deba sufragar las obras, pero si se decide que es privada, serán los propios vecinos afectados los que tendrían que reparar la tubería.
· ¿Por qué las alcantarillas se desbordan en inverno más que en verano? Al contrario de lo que dicta la lógica, las alcantarillas no se contraen con el frío, sino que es precisamente durante el invierno cuando más se desbordan. Y lo peor es que los desatrancos y desatascos también son más costosos durante la temporada invernal, por la mayor dificultad existente pararomper los enormes tapones causados por la acumulación de grasa y residuos sólidos como las toallitas húmedas no biodegradables.
Al parecer, esto es consecuencia de que muchas personas y empresas siguen arrojando por el retrete ingentes cantidades de comida y otros residuos con un alto contenido en grasas. Unos productos que, dicho sea de paso, tienden a endurecerse con el frío dentro de las cloacas, dando como resultado esos grandes atrancos y atascos de los que hablábamos. Por suerte, nosotros entramos ahora en verano, cuando teóricamente debería producirse el efecto contrario.
· Los africanos con teléfono móvil triplican a los que tienen retrete: Vivimos en un mundo lleno de paradojas. En África, el continente más pobre del mundo, el número de personas que tiene teléfono móvil triplica al de quienes disfrutan de acceso a un retretes. Por tanto, más de 1.000 millones de africanos puede acceder a las telecomunicaciones, pero menos de 400 millones disfrutan de saneamiento de aguas residuales.
La principal diferencia entre ambas infraestructuras es su coste, que en el caso de los servicios de saneamiento es infinitamente mayor. Esto hace que muchos países de África carezcan de instalaciones de tratamiento de aguas residuales (y por tanto, de redes de alcantarillado y retrete en las viviendas), lo que se traduce en una mayor probabilidad de sufrir enfermedades mortales.
Según datos de la ONU, mientras que el 70% de los países desarrollados tratamos las aguas fecales de un modo adecuado, la cifra se reduce al 8% en el caso de las naciones más pobres del planeta. Y la situación es especialmente dramática en el África subsahariana, donde el índice de acceso al saneamiento de las aguas residuales cae al 30%.
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