Un buen servicio de mantenimiento y limpieza de alcantarillas evita muchos problemas de atrancos y atascos, como hemos pedido ver esta semana…

Servicio de mantenimiento en pleno corazón financiero de Madrid

Los profesionales de Serbis Pocería estamos realizando un servicio de mantenimiento del alcantarillado en la estación ferroviaria de Madrid-Chamartín-Clara Campoamor, muy cerca de las Cuatro Torres que simbolizan el corazón financiero de la capital. Al fin y al cabo, las aguas residuales deben seguir su curso en toda la ciudad, y eso abarca desde sus barrios más humildes hasta los centros económicos y de poder.

Hay que recordar que el paso del tiempo favorece la erosión de las cañerías, al igual que el uso masivo de detergentes, la aparición de raíces subterráneas o la mala utilización que en algunos casos se hace de los sistemas de pocería (por ejemplo, cuando se arrojan toallitas húmedas no biodegradables al inodoro). Todos estos factores terminan provocando la aparición de malos olores y, en muchos casos, problemas de mayor calado, como los temidos atrancos y atascos de tuberías y conductos.

Para prevenir este tipo de problemas y resolverlos rápidamente cuando se producen, Serbis Pocería ofrece un servicio de mantenimiento de periodicidad anual. Esta solución incluye la limpieza general de los sistemas de saneamiento y cobertura en caso de atrancos y cualquier otra incidencia. Todo ello se traduce en la máxima tranquilidad del cliente, que además garantiza así el cumplimiento de la normativa que obliga a los propietarios de inmuebles a ocuparse de la correcta conservación de su red de saneamiento.

Pipí, popó y papel, al retrete. Todo lo demás, a la basura

Cada año se retiran de la depuradora de aguas residuales de Córdoba alrededor de 500 toneladas de residuos, fundamentalmente toallitas húmedas, que provocan atrancos y atascos en las redes de saneamiento y alcantarillado de la ciudad y provocan un sobrecoste en la gestión de las aguas residuales de entre 4 y 6 euros al año por persona.

Así lo explican desde Emacsa, que reiteran que lo único que debería arrojarse al WC es el pipí, el popó y el papel higiénico, que son los únicos residuos biodegradables y desagregables. Todo lo contrario sucede con las toallitas, habitualmente utilizadas para la limpieza de los bebés, compuestas de fibras sintéticas que no son biodegradables y que además actúan como grandes acaparadoras de otros residuos, como plásticos, bastoncillos, compresas o preservativos. La bola de porquería que se forma por la suma de todos esos desperdicios no solo contamina el medio ambiente, sino que también nos sale muy cara.

Burgos muestra las consecuencias de no limpiar las alcantarillas

El mantenimiento y limpieza del alcantarilado es fundamental para que las ciudades puedan funcionar con normalidad todos los días del año, y especialmente en periodos de lluvias. En Burgos se han visto estos días las consecuencias de no limpiar a conciencia las alcantarillas.

Los vecinos de algunas zonas de la capital burgalesa temen que las precipitaciones previstas para las próximas semanas se traduzcan en inundaciones. El motivo es el mal estado que presentan algunos sumideros de la ciudad, con hojas, residuos y desperdicios taponando las alcantarillas sin que el nuevo contrato de recogida de basuras y limpieza viaria ponga solución al problema.

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