Ciudades como Madrid han sufrido fuertes inundaciones durante los últimos días como consecuencia de las lluvias. Invertir en alcantarillado es fundamental para evitarlas…

Madrid hará obras en su alcantarillado para evitar nuevas inundaciones

Lugares como las estaciones de Metro de Banco de España y Quevedo o algunas calles del Ensanche de Vallecas terminaron inundadas hace varias semanas, cuando la borrasca Efraín descargó miles de litros de agua en la ciudad de Madrid. Para evitar que ese tipo de escenas se repitan en el futuro, el Ayuntamiento de Madrid planea hacer nuevas obras en el alcantarillado de la capital.

Los estudios preliminares indican que aquellas inundaciones fueron consecuencia de la falta de imbonarles en la red de alcantarillado madrileña, así como de las deficiencias detectadas en varios puntos del sistema de saneamiento como la glorieta de Carlos V o la calle de Alcalá. Madrid ya cuenta con un Plan de Inundaciones, pero no se activó durante aquel temporal porque el aviso amarillo de la Aemet estaba desactivado. El objetivo es preparar las alcantarillas para nuevos episodios similares y articular un protocolo que evite inundaciones como las registradas durante esos días.

¿Por qué se inundan las calles cuando llueve? Por las toallitas

La pregunta es sencilla y la respuesta, según los bomberos de La Línea (Cádiz), también: en la mayoría de ocasiones, cuando las ciudades españolas se inundan en épocas de fuertes lluvias es consecuencia de una mala evacuación de las aguas pluviales, lo que hace que las aguas que se sacan de una casa o calle vayan a parar a otra casa o calle.

En todo caso, más allá de que las tormentas puedan desbordar la capacidad de las infraestructuras de saneamiento y alcantarillado, los bomberos de La Línea consideran que hay un responsable fundamental de esas inundaciones: las toallitas húmedas no biodegradables que se tiran por el WC y que terminan taponando las tuberías y los colectores.

Los riesgos de colocar mal las tapas de las alcantarillas

Parece una broma pero no lo es. Todos hemos visto en alguna ocasión una tapa de registro del alcantarillado mal colocada y hemos pensado: «¡Qué chapuza!». Sin embargo, esos desórdenes en el espacio público no solo tienen un evidente impacto estético, sino también otro de carácter psicológico mucho menos evidente.

Así lo afirman los psicólogos, quienes explican que las alcantarillas mal colocadas pueden llegar a bloquear a quienes padecen trastornos obsesivo-compulsivos vinculados con la simetría y el equilibrio. Hablamos de gente que necesita que todo esté en orden y que puede llegar a quedarse totalmente bloqueada por el sufrimiento en plena calle ante los elementos del alcantarillado mal colocados.

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