El verano pone de manifiesto la importancia de mantener en buen estado las alcantarillas, lo que evita daños económicos y medioambientales y las localidades costeras.
Nos vuelven a recordar que el mar empieza en las alcantarillas
Las campañas de sensibilización ciudadana son relativamente frecuentes desde hace varios años en todo tipo de municipios españoles. La última en llevar a cabo una acción de este tipo ha sido la localidad de Puçol, perteneciente a la provincia de Valencia. Allí nos han querido recordar de nuevo que el mar empieza en las alcantarillas.
Partiendo del mensaje «No tires nada, el mar comienza aquí», el ayuntamiento de este municipio valenciano pretende concienciar a sus vecinos sobre la importancia de utilizar correctamente el alcantarillado y no arrojar en él los residuos que deberían terminar en los cubos de la basura. Se trata de poner de manifiesto las grandes consecuencias de los pequeños gestos diarios e incluye la inserción de pequeños dibujos de animales junto a las tapas de registro de la red de saneamiento de aguas residuales.
Pérdidas millonarias en las playas por aguas residuales
Cada verano se multiplican en España los casos de localidades costeras que se ven obligadas a cerrar puntualmente sus playas al baño por la presencia de aguas residuales. Estos vertidos no solo tienen un evidente impacto medioambiental, sino también económico. Así lo han puesto de manifiesto recientemente desde el Ayuntamiento de Badalona.
Según fuentes municipales de esta localidad de la provincia de Barcelona, cada día de cierre de playas tiene un impacto económico de 30.000 euros, lo que se traduce en unos 160.000 euros al año. Si se trasladan estas estimaciones al ámbito nacional, las pérdidas pueden ser millonarias. Es por ello que desde este ayuntamiento reclaman una estrategia a nivel de país para frenar el drenaje en las playas de las aguas residuales cada vez que hay lluvias.
Cádiz combina aguas residuales y energía solar
La depuración y el tratamiento de las aguas residuales juega un papel clave en la transición energética que debe afrontar nuestro país durante los próximos años. Algo parecido sucede con la energía solar fotovoltaica, llamada a seguir adquiriendo protagonismo hasta el año 2030. Tal vez por ello, desde el Ayuntamiento de Cádiz han decidido combinar el potencial de ambas fuentes de energía sostenible: la de las aguas residuales y la del sol.
En concreto, la empresa municipal Aguas de Cádiz ha instalado una nueva planta fotovoltaica en la cubierta de la estación de bombeo de aguas residuales La Martona. El objetivo es continuar reduciendo la emisión de CO2 de la ciudad, por lo que esta nueva instalación solar generará anualmente más de 161.000 kilovatios-hora y evitará la emisión a la atmósfera de casi 63 toneladas de dióxido de carbono, cantidad equivalente a plantar 897 árboles o a dejar de recorrer casi 419.000 kilómetros en un vehículo diésel.
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