Existen numerosas razones por las que la canalización del agua residual en redes de alcantarillado y saneamiento es un factor esencial para la conservación del medio ambiente. Una de las más importantes es que permite que el agua residual, utilizada para el consumo urbano, pueda retornar a los cauces públicos con una cierta calidad.
Éste es el principal objetivo de las estaciones de tratamiento, en las que se somete al agua residual a un proceso de regeneración que la oxigena y limpia de compuestos contaminantes. En cualquier caso, la regeneración del agua residual no es algo sencillo, sino que se trata de un proceso largo, complejo y que se divide en dos partes perfectamente diferenciadas:
1- Tratamiento biológico convencional: Aporta al agua residual las cualidades necesarias para que pueda ser introducida de nuevo en el medio natural. Se cumple así uno de los objetivos medioambientales de la regeneración del agua: restablecer el equilibrio ambiental.
2- Tratamiento terciario: Esta fase incrementa aún más la calidad del agua. Aunque no llega a ser compatible con el uso humano, sí se consiguen unas elevadas garantías sanitarias para poder utilizarla en determinados usos urbanos, como puedan ser el riego, el llenado de estanques o el baldeo de calles.
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